Saint Seiya - Saga del Santuario
CAPITULO III
UN NUEVO BRAZO PARA EL BIEN
Sin contar con la invalorable colaboración de Seiya - quien se estaba reponiendo del durísimo trance por el que había pasado-, los heroicos Caballeros de Bronce se habían lanzado de lleno a la búsqueda del Fénix, líder de los ya derrotados Caballeros Negros.
Quien primero se topa con Fénix es el valeroso l-lyoga, Caballero del Cisne. En cuanto lo ve, sin vacilar ni un instante, decide enfrentarlo ylo hace lanzándole un poderoso ataque, valiéndose de su ¡nfalible Polvo de Diamante. Para sorpresa de Hyoga, el Polvo de Diamante no hace mella en lkki, quien lo contempla impasible. La insignia que el Cisne Negro le había enviado antes de morir, llevaba reflejado el secreto de la técnica de ataque de Hyoga. Con ese dato en su favor, el Fénix pudo esquivar sin esfuerzo la embestida del Caballero de Bronce.
La respuesta de Fénix no se hizo esperar y con una velocidad increíble, lanzó su temible ataque del Puño Fantasma. Al recibir el impacto, l-Iyoga comenzó a vivir una auténtica pesadilla durante la cual recuerda a su madre fallecida, quien yacía en un barco sumergido en las heladas aguas de los mares de Siberia.
Cuando l-lyoga se está recuperando del desagradable momento que le ha tocado vivir, lkki pretende rematarlo lanzándole un nuevo y certero ataque directo al corazón. Por una inexplicable y extraña razón, el Caballero del Cisne logra sobrevivir al embate de su oponente. En ese preciso instante, llegan al lugar Shiryu -quien aún estaba muy débil para pelear -, y Shun - quien de ninguna manera estaba dispuesto a tener que batirse con su propio hermano-
Ante esa situación, y a pesar de que no se encontraba en su mejor forma, l-Iyoga se ve forzado a apelar a un recurso extraordinario: desafiar abiertamente a Ikki lanzarle un nuevo ataque con su puño fantasma.
Ofuscado y a la vez envalentonado por la forma en que se estaban desarrollando los acontecimientos, lhki no se hace esperar y lanza su demoledor envío sin observar que, casi al mismo tiempo, I-lyoga había construido un espejo de hielo. El veloz puño fantasma e refleja sobre el agua helada y vuelve con su devastadora potencia hipnótica contra quien acababa enviarlo. Sin tiempo siquiera de sorprenderse, Ikki cae sumergido en su propia pesadilla, en la cual ve a los Caballeros Negros rebelarse contra él.
Cuando estaba lkki en trance hipnótico y totalmente vencido, el Caballero del Cisne se acercó para asestarle un golpe definitivo. En el instante en que levantaba su brazo para bajarlo con toda la fuerza sobre su oponente, imprevistamente una cadena lo detuvo. Era Shun, quien no es la razón por la cual la Armadura de Sagitario protege a alguien tan débil. En forma paulatina Seiya comienza a inclinar a su favor el desarrollo del combate.
Primero, repeliendo los envíos de Fénix, y luego tomando la iniciativa, hasta que acierta un golpe que destruye por completo la armadura de lkki. Tomado por sorpresa y superado el susto, Ikki aguarda que su armadura se reconstruya. La armadura del Fénix tiene una extraña cualidad: es capaz de renacer de sus cenizas, al igual que el ave homónima.
Sin embargo, para esa instancia, el combate ya estaba definido y había un claro vencedor. lldd admite que ha sido derrotado y comienza comprender el por qué de su encarnizada lucha con los Caballeros. Les cuenta que en su época de aprendizaje en la Isla de la Muerte y de los horrores allí sufridos. lkki demostró estar poseído por todo el odio que le había transmitido su enigmático Maestro, quien le había inculcado que la mejor técnica para vencer era odiar al adversario.
estaba dispuesto a contemplar la muerte de su hermano. Nervioso y exaltado, Hyoga le pide que lo suelte y afirma que, a pesar de que es hermano de Shun, Ikki ha causado grandes daños y debe pagar por ello. Señala que ha llegado el momento de acabar de una vez y para siempre con su maldad.
A pesar de los sólidos argumentos del Cisne de Bronce, Shun no cede. Aprovechando ese momento de incertidumbre, lkki recupera su vitalidad y, traicioneramente, lanza un devastador golpe al corazón de Hyoga, quien aparenta no sentirlo. En el momento en que Fénix retira su mano del pecho del Cisne, extrae un rosario que evitaba que pudieran herirlo en su corazón.
Cuando I-Iyoga explica que ese el único y entrañable recuerdo que conserva de su fallecida madre, Ikki, demostrando una vez más que es incorregible, reacciona con violencia. Irritado por la situación planteada, rompe el rosario y despliega una tremenda ofensiva que tiene como propósito acabar con todos los Caballeros de Bronce, incluido Seiya , que repentinamente se hace presente en el lugár. Sorprendidos por el ataque todos los Caballeros caen, con excepción de Seiya que llevaba puesta la Armadura de Oro, la que lo protege del ataque.
La batalla que se desata entre Seiya e lkki es durísima, aunque la debilidad del cuerpo de Seiya juega en favor del Fénix.
Cuando el Caballero Negro está a punto de asestar un golpe definitivo, el Escudo de Dragón de Shiryu - que es más duro que el diamante -, aparece imprevistamente en el brazo de Seiya y lo protege del ataque.
Cuando Ikki estaba completamente desconcertado, también hace su aparición la Cadena de Andrómeda que va a parar a manos de Seiya. Fénix no comprende qué es lo que está pasando y le pregunta a Seiya cuál
Dicho odio había encarnado en él cuando éste mata a su propia hija Esmeralda, quien era el único refugio para todo el dolor que soportaba en la isla de la Reina Muerte. Sus seis años de padecimiento en la Isla lo habían transformado en ese maligno ser en que se había convertido, hasta que Seiya lo logró vencer. Con su derrota, lkki había superado a su propio rencor, aquel que le había permitido sobrevivir a la amarga experiencia.Ahora ya todo había acabado y un poderoso aliado se había unido a la causa de los Caballeros en la lucha contra el Mal.
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Pierre Gunsett.
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Revisado: 22 de Diciembre de 2001.